
Una de las devociones mas hermosas es la del Niño Jesús, honrado bajo el título del Divino Niño. La confianza puesta en Jesús se fundamenta en Sus propias palabras:
Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Juan 14,13
La devoción al Divino Niño es providencial, es luz para un mundo que desprecia la vida humana y en que tantos niños son abortados o abandonados. ¡Cuánto glorifica a Dios que reconozcamos que El nos envió a Su único Hijo!. El se hizo un niño pequeñito, igual que nosotros en todo menos en el pecado.
Jesús nos enseña que el reinará por el amor cuando nos hagamos niños guiados por Su Padre Celestial. Nos pide una profunda conversión de corazón:
Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Mateo 18,3
Y es que Él ha dicho
“Pedid y se os dará, el que pide recibe, todo lo que pidais al Padre en mi nombre os lo concederá, pero pedid con fe”.
Por ello nuestro propósito es propagar la fe en nuestro Divino Niño, dar a conocer algunos de los milagros maravillosos que ha hecho y dar gracias por su infinita misericordia.
Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Amén.