
Dios mĆo, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido JerusalƩn a ruinas.
Echaron los cadƔveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. (Salmo 78)
SeƱor JesĆŗs, en la maƱana de este nuevo dĆa que estĆ” por comenzar vengo pedirte paz, sabidurĆa y fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, suave y bueno, para poder observar la bondad de mi prójimo.
Padre amado, te pido que cierres mis oĆdos a toda murmuración, que guardes mi lengua de toda maledicencia y que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mĆ.
Amado Padre, quiero ser tan bien intencionado y justo, que todos los que acerquen a mĆ, sientan tu presencia. RevĆsteme de tu bondad; SeƱor, y haz que durante Ć©ste dĆa yo te refleje.
AmƩn.