Oraciones a San Pedro

​Oración a  San Pedro para alejar todo Mal

¡Oh venerado apóstol San Pedro!  príncipe de los discípulos del Redentor, y el primero en proclamar a Jesús Hijo de Dios y Mesías escucha y atiende mi suplicas; San Pedro glorioso, tú que fuiste llamado por el Salvador “pescador de hombres” y recibiste el titulo de Piedra fundamental de la Iglesia, tú que eres el custodio de las llaves de las puertas del Cielo, y que siempre ayudas a los que en la tierra lo solicitan, te pido que con tu sombra me cubras y ampares, líbrame san Pedro bendito del mal que me acecha, protégeme de enfermedades y males, aléjame de hechizos, brujerías y encantamientos, de malos ojos, falsedad, egoísmo y rencor de barreras, cadenas y prisiones, despeja mis caminos de traidor y malhechor, ahuyenta con tu sombra todo dolor, ocúltame de todo peligro, enemigo y mala situación; sé mi ayuda y defensa, te pido con fervor y préstame hoy te ruego tu especial favor: (hacer la petición) ¡Oh Pedro querido! santo apóstol del Señor, no me dejes sin respuesta, por tu benevolencia y virtud atiende prontamente mi solicitud, tú que eres hermano, amigo y protector de quien tu socorro reclama auxilia con tu sombra al que tenga necesidad y vela y cuida de todos nosotros con tu santa caridad. te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración  a San Pedro

Príncipe de los Apóstoles y de la Iglesia Católica: por aquella obediencia con que a la primera voz dejaste cuanto tenías en el mundo para seguir a Cristo; por aquella fe con que creíste y confesaste por Hijo de Dios a tu Maestro; por aquella humildad con que, viéndole a tus pies, rehusaste que te los lavase; por aquellas lágrimas con que amargamente lloraste tus negaciones; por aquella vigilancia con que cuidaste como pastor universal del rebaño que se te había encomendado; finalmente, por aquella imponderable fortaleza con que diste por tu Redentor la vida crucificado, te suplico, Apóstol glorioso, por tu actual sucesor el Vicario de Cristo. Alcánzame que imite del Señor esas virtudes tuyas con la victoria de todas mis pasiones; y concédeme especialmente el don del arrepentimiento para que, purificado de toda culpa, goce de tu amable compañía en la gloria. Amen.

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