Devoción a San Antonio de Padua

San Antonio nació en Portugal en 1195 en una familia de la nobleza. Desde niño se consagró a la Santísima Virgen. En su juventud fue atacado por las pasiones sensuales pero con ayuda de Dios las dominó, encontrando su fortaleza en las visitas al Santísimo.

​Fue admitido en los franciscanos a inicios de 1221, participó en AsĆ­s del capĆ­tulo general de la orden de ese aƱo y mĆ”s adelante fue enviado a predicar en diversas ciudades, obteniendo un gran Ć©xito en la conversión de los herejes.​

​Como la gente buscaba estar cerca de Ć©l y algunos le arrancaban pedazos de su hĆ”bito, se le asignó un grupo de hombres para protegerlo despuĆ©s de los sermones. En ocasiones predicaba en plazas y mercados. Bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies.​

Se trasladó a Padua, donde ya había trabajado anteriormente. Denunció y combatió el vicio de la usura pero poco a poco la salud de San Antonio se fue deteriorando y se retiró a descansar a los bosques. Al sentir que su vida llegaba a su término, pidió regresar a Padua, pero solo llegó hasta los límites de la ciudad.

​El 13 de junio de 1231 recibió los Ćŗltimos sacramentos, entonó un canto a la Virgen y antes de partir a la Casa del Padre, dijo sonriente: “Veo venir a Nuestro SeƱor”. Fue canonizado sin que haya transcurrido un aƱo de su muerte por el Papa Gregorio IX y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa PĆ­o XII.

Un hombre retó a San Antonio a probar que Jesús estaba en la Eucaristía y dejó sin comer tres días a su mula. Llevó al animal al templo y le mostró pasto fresco, pero la mula prefirió ir con el Santo, que se encontraba al lado con una hostia consagrada, y se arrodilló.

A San Antonio se le invoca para encontrar objetos perdidos tal vez porque cierto dĆ­a un novicio huyó del convento con un salterio que usaba el Santo. San Antonio oró para recuperar su libro y el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar y devolver lo robado.​

Se dice que en una ocasión, mientras oraba, se le apareció el niño Jesús y lo sostuvo en sus brazos. Muchos fieles acuden a San Antonio para que interceda para hallar un buen esposo o esposa. Es patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.

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