
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impĆos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cĆnicos;
sino que su gozo es la ley del SeƱor,
y medita su ley dĆa y noche. (Salmo 1)
Señor, esta mañana me levanto confiado en tu infinito amor y misericordia, con la plena esperanza de tu salvación y de tu protección. Sé que contigo nada me faltarÔ.
Padre amado, hoy quiero agradecerte por apartarme del mal camino, de las malas personas y de todo aquello que pueda llegar a hacerme daƱo. Gracias por llevarme de tu mano por las sendas del amor y la fe.
Te pido que seas siempre mi guĆa, mi salvación y mi esperanza. Que siempre pueda refugiarme en ti y que alejes de mĆ los enemigos que quieran hacerme daƱo. Te lo pido de corazón.
AmƩn.