
Oh Dios, tĆŗ eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma estĆ” sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. (Salmo 62)
Señor, hoy mi alma se encuentra perturbada, abrumada por los problemas y las situaciones que siento que no puedo manejar. Quiero pedirte perdón porque a veces siento que me falla la fe, pero sé que no debo permitir que las presiones externas me roben la paz, me perturben y me roben el gozo.
Padre amado, hoy vengo a implorarte que, con tu infinita misericordia, invadas mi cuerpo, mi alma y mi ser de tu gran amor. Lléname de tu paz, oh Señor, no permitas que mi corazón se seque.
SeƱor, te imploro que tu amor que es como un rĆo, baƱe mi alma y que inunde mi ser, para sentir tu presencia en mi vida, esa que me hace caminar seguro. Te lo pido de todo corazón.
AmƩn.