
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrÔ resistir?
Pero de ti procede el perdón y asà infundes respeto.
Mi alma espera en el SeƱor, espera en su palabra;
mi alma aguarda al SeƱor, mƔs que el centinela la aurora. (salmo 129)
Señor Jesús, Hoy vengo a implorarte tu perdón, soy pecador y te he ofendido, pero imploro tu infinita misericordia. Señor, para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos necesito tener un corazón como el tuyo.
Padre amado, tu nos pides que seamos buenos cristianos por la prÔctica de la caridad evangélica y que seamos benévolos con quienes nos han hecho daño, con quienes nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, pues de otro modo no mereceremos que lo seas Tú con nosotros.
Padre, envĆa tu EspĆritu de amor y perdona mis pecados, purifĆcame, sĆ”name, restĆ”urame, renuĆ©vame con la Sangre Redentora de tu Hijo; ayĆŗdame a tener un corazón como el Suyo, un corazón humilde y generoso capaz de perdonar, arranca de mĆ el corazón de piedra y dame un corazón de carne.
AmƩn.