
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro.» (Salmo 26)
JesĆŗs, en la maƱana de este nuevo dĆa quiero implorar tu presencia. Hoy te necesito mĆ”s que nunca. TĆŗ que eres mi SeƱor, mi Dios y mi Rey, ven y ayĆŗdame en este momento de necesidad.
Padre amado, quiero adorarte a ti y sólo a ti. Sólo quiero saber de ti y de tu Palabra, quiero tener el deseo de abandonar el pecado y asà poder seguir tu Palabra seguir.
Padre amado, necesito tu poder, tu gracia y tu amor y asĆ saber que no importa lo que la vida traerĆ” a mi camino, podre responder en cada situación. Quiero estar tan cerca de ti, JesĆŗs, que tu EspĆritu fluya delante de mĆ en todo lo que hago y digo.
AmƩn.