
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequƩ,
cometĆ la maldad que aborreces. (Salmo 50)
Padre amado, hoy siento que mi mundo estĆ” rodeado de oscuridad, de tristeza y de una amarga soledad. Siento que cada dĆa los problemas son mĆ”s grandes y que la carga sobre mis hombros es demasiado pesada. Mi espĆritu estĆ” quebrantado por el dolor y por la miseria. Hoy me siento perturbado SeƱor.
Pero hoy levanto mi voz Señor, para implorarte, porque a pesar de mis preocupaciones tengo fe en tu misericordia, en tu amor, en tu poder, en tu perdón y en tu piedad. Invoco tu nombre Padre amado porque sé que sólo tú puedes ayudarme y porque sé que nunca me desampararÔs.
Amado Dios, hoy quiero implorar tu amor y tu piedad. Escucha el clamor de mis sĆŗplicas.
AmƩn.