
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.(Salmo 150)
Señor, hoy es un excelente día para proclamar tu nombre, tu gracia y tu bondad. Mi corazón se regocija de Ti y deseo compartir ese amor con el mundo entero. Quiero pregonar hoy tu infinita misericordia y que todos los que me rodean puedan conocerte, amarte y adorarte.
Tu bondad, Señor, es infinita, y quiero agradecerte por tu gran amor. Te pido que nunca nos desampares y que seas siempre nuestra guía.
Amén.