
Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos.(Salmo 79)
Señor, en esta mañana vengo dispuesto a dejar que trabajes en mí, no a la manera como yo quiero sino según tus planes. Tú que viniste al mundo a restaurar nuestra fuerza, viniendo a nosotros en debilidad humana, que nos hiciste ricos en gracia por tu pobreza y humildad y que desplegaste tu poder salvador sirviendo y sufriendo por nosotros, vengo a pedirte que tengas misericordia de nosotros.
Señor, sálvanos a nosotros y al mundo del mal del pecado, conviértenos y condúcenos a tus caminos y llévanos a la vida eterna. Enséñame a acoger a tu Hijo con profunda fe. Prepárame para su venida y ayúdame a conocerle y recibirle cuando venga en su propia forma asombrosa. Acostúmbrame a Jesucristo y a sus maneras, para que él cambie mi vida y la conforme a la suya, porque él es nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.
Amén.