Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirigeme y guíame.(Salmo 30)
Señor, te doy gracias por este nuevo día que me regalas, porque eres grande, bueno y misericordioso. Ayúdame a entender la finalidad para la que tu Hijo se hizo carne, porque nació para entregarse, ese Amor en el pesebre y sufrimiento en la Cruz.
Señor, tu que te hiciste hombre para amarnos hasta el extremo, invítame a quete sigamos en la vida y en la muerte, dando testimonio, así, del amor que Dios me tiene. Enséñame a ser amable, humilde y sobre todo, aléjame del pecado que me aparta de ti.
Padre, tu que eres mi refugio, amparo y fortaleza, guíame este y todos los días, para que mi camino este iluminado y pueda ver con claridadlas cosas correctas y el camino que me conduce a ti. Te lo pido de corazón.
Amén.