
¡Oh bendito San Benito!, amo sublime de todas las virtudes,
cáliz puro de la gracia de Dios.
Heme aquí, me entrego a ti.
Le pido a tu corazón lleno de amor que intercedas por mí ante Dios nuestro Señor.
A ti acudo en todos los momentos de peligro que me rodean diariamente.
De mis enemigos, protégeme; del enemigo en todas sus formas, ocúltame; y si quiero actuar en contra de ellos inspírame a imitarte en tu infinita bondad.
Que tu bendición me acompañe siempre,
ayúdame a escapar de todo lo que no sea agradable a ti y a Dios
y a evitar así las tentaciones y el pecado.
Humildemente te pido, que intercedas por mí ante Dios
para que este en su infinita bondad me conceda socorro en mis necesidades,
en las pruebas de la vida, en la desdicha y en las desventuras.
Tu que siempre tuviste un corazón lleno de amor, piedad y compasión hacia los que estaban en desesperación y sin esperanza.
Tú que nunca has dejado sin alivio y auxilio a cualquiera que ha necesitado de ti.
Imploro que intercedas por mí,
con el anhelo y la confianza de que escucharás mis plegarias
y me concederás el favor que tan dignamente te suplico
(hacer aquí una petición),
siempre y cuando sea para gloria de Dios,
el bien de mi espíritu y el de los demás. Socórreme,
Oh bendito San Benito, que yo viviré y moriré como un hijo fiel tuyo y de Dios,
me resignaré siempre a Su santa voluntad y aceptaré sus designios
hasta alcanzar la vida eterna en el cielo. Amén