
La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el dĆa de su nacimiento a la vida eterna, que es el dĆa de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y se celebra el dĆa de su nacimiento. San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen MarĆa, embarazada de JesĆŗs, visita a su prima Isabel, segĆŗn el Evangelio.
Esta fiesta conmemora el nacimiento āterrenalā del Precursor. Es digno deĀ celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegrĆa, para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del MesĆas, o sea, de JesĆŗs. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.
El nacimiento de Juan Bautista
Isabel, la prima de la Virgen MarĆa estaba casada con ZacarĆas, quien era sacerdote, servĆa a Dios en el templo y esperaba la llegada del MesĆas que Dios habĆa prometido a Abraham. No habĆan tenido hijos, pero no se cansaban de pedĆrselo al SeƱor. VivĆan de acuerdo con la ley de Dios.
Un dĆa, un Ć”ngel del SeƱor se le apareció a ZacarĆas, quien se sobresaltó y se llenó de miedo. El Ćrcangel Gabriel le anunció que iban a tener un hijo muy especial, pero ZacarĆas dudó y le preguntó que cómo serĆa posible esto si Ć©l e Isabel ya eran viejos. Entonces el Ć”ngel le contestó que, por haber dudado, se quedarĆa mudo hasta que todo esto sucediera. Y asĆ fue.
La Virgen MarĆa, al enterarse de la noticia del embarazo de Isabel, fue a visitarla. Y en el momento en que Isabel oyó el saludo de MarĆa, el niƱo saltó de jĆŗbilo en su vientre. Ćste es uno de los muchos gestos de delicadeza, de servicio y de amor que tiene la Virgen MarĆa para con los demĆ”s. Antes de pensar en ella misma, tambiĆ©n embarazada, pensó en ir a ayudar a su prima Isabel.
El Ć”ngel habĆa encargado a ZacarĆas ponerle por nombre Juan. Con el nacimiento de Juan, ZacarĆas recupera su voz y lo primero que dice es: āBendito el SeƱor, Dios de Israelā.
Juan creció muy cerca de Dios. Cuando llegó el momento, anunció la venida del Salvador, predicando el arrepentimiento y la conversión y bautizando en el rĆo JordĆ”n.
La predicación de Juan Bautista
Es el Precursor, es decir, el enviado por Dios para prepararle el camino al Salvador. Por lo tanto, es el último profeta, con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador.
VenĆan hacia Ć©l los habitantes de JerusalĆ©n y Judea y los de la región del JordĆ”n. Juan bautizaba en el rĆo JordĆ”n y la gente se arrepentĆa de sus pecados. Predicaba que los hombres tenĆan que cambiar su modo de vivir para poder entrar en el Reino que ya estaba cercano. El primer mensaje que daba Juan Bautista era el de reconocer los pecados, pues, para lograr un cambio, hay que reconocer las fallas. El segundo mensaje era el de cambiar la manera de vivir, esto es, el de hacer un esfuerzo constante para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto servirĆa de preparación para la venida del Salvador. En suma, predicó a los hombres el arrepentimiento de los pecados y la conversión de vida.
āJuan reconoció a JesĆŗs al pedirle Ćl que lo bautizara en el JordĆ”n. En ese momento se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre que decĆa: āĆste es mi Hijo amadoā¦ā. Juan dio testimonio de esto diciendo: āĆste es el Cordero de Diosā¦ā. Reconoció siempre la grandeza de JesĆŗs, del que dijo no ser digno de desatarle las correas de sus sandalias, al proclamar que Ć©l debĆa disminuir y JesĆŗs crecer porque el que viene de arriba estĆ” sobre todos.
Fue testigo de la verdad hasta su muerte. Murió por amor a ella. HerodĆas, la mujer ilegĆtima de Herodes, pues era en realidad la mujer de su hermano, no querĆa a Juan el Bautista y deseaba matarlo, ya que Juan repetĆa a Herodes: āNo te es lĆcito tenerlaā. La hija de HerodĆas, en el dĆa de cumpleaƱos de Herodes, bailó y agradó tanto a su padre que Ć©ste juró darle lo que pidiese. Ella, aconsejada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Herodes se entristeció, pero, por el juramento hecho, mandó que le cortaran la cabeza de JuanBautista que estaba en la cĆ”rcel.
¿Qué nos enseña la vida de Juan Bautista?
Nos enseƱa a cumplir con nuestra misión que adquirimos el dĆa de nuestro bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia, asĆ como era el Papa Juan Pablo II.
Nos enseƱa a reconocer a JesĆŗs como lo mĆ”s importante y como la verdad que debemos seguir. Nosotros lo podemos recibir en la EucaristĆa todos los dĆas.
Nos hace ver la importancia del arrepentimiento de los pecados y cómo debemos acudir con frecuencia al sacramento de la confesión.
Podemos atender la llamada de Juan Bautista reconociendo nuestros pecados, cambiando de manera de vivir y recibiendo a JesĆŗs en la EucaristĆa.
El examen de conciencia diario ayuda a la conversión, ya que con Ć©ste estamos revisando nuestro comportamiento ante Dios y ante los demĆ”s.ā
Una respuesta a “Devoción a San Juan Bautista”
Oración a la SantĆsima Trinidad