
La diestra del SeƱor es poderosa,
la diestra del SeƱor es excelsa.
No he de morir, vivirƩ
para contar las hazaƱas del SeƱor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. (Salmo 117).
SeƱor, hoy como todos los dĆas, vengo a alabar tu nombre y a glorificarlo. Tu poderosa mano siempre me sostiene y te agradezco infinitamente por ello.
Padre eterno, perdona mis pecados, estoy arrepentido de ello. Dame un nuevo corazón humilde para actuar siempre de forma correcta, sin faltar a tus mandatos. Te doy gracias por no abandonarme nunca y no dejarme caer en los momentos mĆ”s difĆciles.
Te pido que nunca te apartes de mĆ y que hoy y para siempre seas mi protector.
AmƩn.