
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea. (Salmo 34)
Padre eterno, hoy vengo a proclamar tu gran amor y misericordia. Me has mostrado tu infinito poder y mi forma de agradecerte es propagando tu fe.
Querido Dios, grandes son tus obras para conmigo y los mĆos, me guĆas, me amas, me proteges y me defiendes de todo mal y peligro. Perdonas mis culpas y me alejas del pecado. Ā”CuĆ”n buenas son tus obras SeƱor!
Ante los hombres, ante el mundo entero, vengo a gritar tu misericordia.
AmƩn.