
El SeƱor reina, vestido de majestad,
el SeƱor, vestido y ceƱido de poder.
AsĆ estĆ” firme el orbe y no vacila.
Tu trono estĆ” firme desde siempre,
y tĆŗ eres eterno.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
SeƱor, por dĆas sin tĆ©rmino. (Salmo 92)
Padre, TĆŗ eres el Rey de Reyes y SeƱor de SeƱores, eres el Todopoderoso. Hoy vengo a implorarte que tu mano siempre sea mi guĆa y tu bastón sea mi protector en todo lugar y en todo momento.
Ayúdame Señor, hoy y siempre, a seguir tu mandato, a apartarme del mal, del peligro y de la situación de pecado. Ayúdame a ser siempre fiel a ti.
Eterno Padre, hoy y siempre sƩ mi escudo.
AmƩn.