
Aparto mĆ pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra;
no me aparto de tus mandamientos,
porque tĆŗ me has instruido. (Salmo 118)
SeƱor, el mal me asecha y mi persigue, el enemigo del alma quiere perderme y las situaciones de pecado estƔn a la vuelta de la esquina, pero con tu poderoso amor, ese que me has enseƱado, puedo alejarme de las malas influencias.
Eterno Padre, tu palabra me da vida y tu misericordia es mi escudo. Quiero caminar por tu camino estrecho pero lleno de bendiciones, vives en mi corazón y no permites que caiga en tentación.
TĆŗ me has dado unas leyes y quiero cumplirlos a cabalidad. Quiero ser tu hijo predilecto y seguir tu mandato ahora y para siempre.
AmƩn.